| MARZO 2023

El Oratorio se hizo verbo

El patio salesiano de Domingo y Laura una vez más recibio a animadores que eligieron dar su sí

a esta experiencia de verano oratoriana

El encuentro "cara a cara" Una vez más en Corrientes como jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano demostramos que nos apasiona encontrarnos, buscar puntos de contacto, tender puentes, proyectar algo que incluya a todos/as, así como también reconocer que hay mucha más sed de descubrir lo desconocido de lo que imaginamos, de lo que parece. El encuentro "cara a cara" con la vida real de tantas personas, padres y madres, familias, niños/as, adolescentes y jóvenes, reveló que son vidas que hay que cuidar, relaciones humanas en las que se desea y necesita amor, y en las que hay que estar atento a cada pequeño gesto, detalle y acción. Y en ese "cara a cara", se percibe una necesidad de escucha, diálogo gratuito y libre, de encuentros personales que no juzgan ni condenan, y tanta necesidad de silencio y de presencia en Dios. Esta experiencia es muy transformadora porque todo sale del corazón y cada joven encontraría un lugar para ser y hacer junto con otros, donde los adultos referentes tendrían siempre la "palabrita al oído" justa para que cada uno pueda jugarse un poco más. 


...estar atento a cada pequeño 

gesto, detalle y accion... 

La presencia en Corrientes con esta experiencia nos vuelve a unir como cada año en una gran familia como es la salesiana, se dejan afuera grupos o movimientos de pertenencia para literalmente ponerse la 10 y una vez más trabajar y organizarnos para llegar y darles lo mejor de nosotros a todos esos niños y niñas de los distintos barrios qué visitamos durante la experiencia. Este año se recibió muchísima ayuda, a veces ya no sabes de dónde sale tanta ayuda, pero como dijimos anteriormente es una experiencia transformadora, incluso para quienes no conocen la experiencia y se suman por primer año. “No te querés ir más”, es muchas veces lo qué se escucha a medida qué va transcurriendo la experiencia. Se te llena el corazón de emoción al ver todas esas personitas esperándonos todas las tardes.


Su huella a su modo 

Recibimos voluntarios y esto nos motiva año a año, vienen a darle ese toque al patio bosco, nosotros les mostramos la manera qué tenemos de hacer esta experiencia como jóvenes y con la ayuda del resto de la familia y ellos, cada uno, le pone su impronta. Incluso dejan su huella a su modo, algunos vuelven al año siguiente, otros no pero siempre se los recuerda de alguna u otra forma. Este año recibimos a 3 voluntarios de Córdoba y 2 de Formosa y fue algo súper fraterno lo qué se formó, incluso ellos y ellas se adaptaron rapidísimo a todas las actividades y supieron encontrarle ese gustito a amor qué tiene el Patio Bosco, pequeñas realidades qué terminan por transformarlo todo. 


Identidad 

Esto nació desde el 2016 y hoy seguimos manteniendo esa Identidad Salesiana: acogida y cercanía en el trato con los animadores, personas que nos colaboran con lo previo y durante, con los animandos de los diferentes Oratorios, transmitiendo esa alegría y optimismo para que, como decía Don Bosco, ellos también se sientan amados y acompañados. Esta experiencia otorga indirectamente una relación de confianza y cercanía entre animador y animando, entre animador y animador. Otra característica muy importante que seguimos manteniendo es este ambiente salesiano que acoge a cada animando/animador tal y como es, que le ayuda a crecer personalmente en valores y aptitudes ante la vida y el futuro; cada animando/animador que asiste a esta Experiencia recibe la impronta de una casa salesiana, un lugar de formación, de encuentro, de compartir, de convivencia, que hace a cada persona especial a los ojos de los demás. 

"Una casa salesiana, un lugar de formación, de encuentro, de compartir, de convivencia"

Acompañar 

Este año me tocó el servicio de coordinadora y esto me dio la posibilidad de ver la experiencia con otros ojos, ya de un modo más holístico. Pude ayudar en diferentes áreas, pendiente de qué no faltase nada para los animadores de la experiencia, como también para los niños y niñas de los barrios a los qué íbamos. Además pude estar y acompañar (o es lo que intente) al equipo y algunos animadores, sobre todo a aquellos qué era su primera vez en la experiencia. Agradecida a la presencia de esos otros/as qué significaron en mi algo y qué de igual manera se haya sentido la mía.


Renuncias 

En los Oratorios se vivió y sintió lo que Don Bosco siempre quería: felicidad, empatía, amor, caridad, protección, estar entre amigos y personas que te aprecian. Varios jóvenes y niños perdieron la vergüenza ante nuevos animadores o nuevos animandos, se aumentó la confianza entre ellos, hubo mucho ánimo y apoyo. Hubo muchas renuncias de tiempos de descanso, de familia, de diversión libre y de estudio, pero solo para desmostrar que ésta es una Experiencia de Amor y ¡sí que lo es!, cuando las personas se prenden a todo lo que hacemos y se unen a nosotros en esta locura. Se descubrieron las razones y más que nada el lado Espiritual de lo que nos anima a ir allí y ver que Dios se manifiesta más allá de lo que uno tiene previsto. 


Barrios

Los barrios están cercas pero durante el año se hace difícil seguir llegando de la manera qué lo hacemos durante la experiencia, por distintos motivos ya sea edilicios, económicos, físicos, etc. Al tener dos oratorios en marcha durante el año, se descuida al resto, si bien se mantiene contacto con alguna u otra persona a cargo de las distintas sedes, ya sea participando de las misas o compartiendo lo qué hace la comunidad durante el año. 

Así las señoras de los grupos de oración, ex alumnos salesianos también nos ayudaron a que esta experiencia se haga realidad a través de sus diferentes aportes: dinero, donaciones, oraciones, etc. Ellos/as siempre nos dan una mano en lo que nos haga falta y esta vez se sintió mucho más su presencia en medio nuestro. No solamente nos auxilian de las cosas necesarias para el Patio Bosco, sino en todo lo previo: dándonos ánimos, acompañándonos a diferentes lugares para conocer los oratorios, difundiendo a otras personas conocidas para que nos den su granito de arena, entre muchas otras cosas más, así que sin estas personas esenciales esto no saldría de la forma que salió, tan cargado de amor, alegrías y solidaridad. 


La experiencia laical 

La experiencia laical en Corrientes es un punto importante ya que el boca a boca hace qué año a año sigamos recibiendo ayuda de todo tipo, algunos incluso se comprometen tanto, empiezan a amar tanto esta experiencia qué se quedan a dar más qué una mano durante el año. 

Siempre tenemos más corazones dispuestos a darlo todo, a cambiar su zona de confort para estar ahí en donde somos llamados. 

“Domingo y Laura” Esto para el C.E.P. “Domingo y Laura” es una vivencia que moviliza a todos, depende de muchos sacrificios, no solamente por parte de los animadores / organizadores de la Experiencia, sino también de las personas que trabajan dentro de esta y que, hora tras hora, se ponen la 10 para hacernos este servicio un poco más liviano. Conlleva también mucha predisposición por el lugar físico, ya que lo tenemos que limpiar, ornamentar, hasta desordenar más de las veces, y gracias a las personas encargadas de este espacio se pudo hacer posible no solo en el horario habitual, sino mucho más temprano o mucho más tarde. 

Esto para el C.E.P. “Domingo y Laura” es una vivencia que moviliza a todos 


Animando a salir 

Esperemos seguir llegando cada vez más a los barrios y a todas esas personitas qué conocimos durante la experiencia y de tantas otras qué han pasado por el Patio Bosco, por el patio salesiano más bien, entre ellos animandos, animadores, colaboradores, etc. Qué nos sigamos animando a salir de nuestra zona de confort e ir al encuentro de esos pibes y pibas, para acompañar, cuidar y anunciar a ese Jesús qué se manifiesta de distintas maneras. Esto para las juventudes y las infancias es muy movilizador, ya que su fuego interno hace que los animadores se sientan convocados por algo, que los lleva a inventar, sortear obstáculos, a buscar caminos. Estos gurises vienen cargados de muchas cosas: personales, pérdidas con significación afectiva, familiares, educativas, sueños, desafíos, y el Oratorio es un lugar de oportunidades, donde existen personas que los escuchan, que están dispuestos/as a ayudar, a entender. 

Ellos mismos en cada canto de animación, juego, taller, merienda y despedida, nos dan sus deseos de vivir y de aprender, por lo tanto, nuestra tarea siempre será CUIDAR EL FUEGO, esas ansias que los anima a ir al Oratorio, porque nos piden que nos la juguemos por ellos, que creamos, que soñemos, que nos animemos a amar. 


La espiritualidad 

Que la espiritualidad siga llegando de esta manera significa qué Don Bosco vive en el corazón de cada uno/a de los qué sábado a sábado nos esforzamos por esto; resulta tan fácil volver lo ordinario en extraordinario, porque somos comunidad, siempre qué uno flaquea, está el de al lado para levantarlo y seguir. Muchos se preguntan ¿Cuándo rezamos? porque al pensar en oratorio, pareciera qué es lo primero que se viene a la mente y es qué nuestro papá Don Bosco nos enseñó a rezar jugando, dando abrazos, conteniendo, entre mates o teres, escuchando, siendo participe de la vida del otro/a y sobre todo dejándonos transformar. 


Gracias 

Gracias a tantos animadores/as que hicieron que los chicos/as se sientan queridos/as, teniendo siempre en el centro el vínculo, la relación y el amor. Gracias por transmitir ese amor, a través de todos los medios que estén a su alcance: gestos, dibujos, cartas, un pedacito de pan, una taza de cocido. Gracias por siempre tener tiempo para la escucha, a invitar a creer, confiar, a esperar contra toda esperanza, por aliviar el alma en las horas más pesadas y celebrar las alegrías como si fueran propias. Gracias por ser Animadores que se la juegan por todo y todos, teniendo esa espiritualidad juvenil salesiana de caminar esperanzados, renovando cada fe, de sacar de sí lo mejor que tienen, de no quedarse en la comodidad, a pesar de vivir en una realidad en donde somos víctimas de las corrientes del mundo que quieren impedir que soñemos infinitos y apostemos por grandes ideales. Y más que nada, Gracias por quedarse con Don Bosco, quien nos prometió que día a día en el Oratorio, la vida de cada uno cambiaría por completo. 

   Por: Lucia Ponce / Andrea Ponce