CONOCEMOS   

Opción Valdocco

¿Cómo viviría Domingo Savio este tiempo que estamos transitando?

Santidad del Patio

La santidad de Domingo surge al escuchar el murmullo del patio, sus juegos, cantos, gritos y oraciones, aprendiendo a vivir alegre en lo cotidiano tal como le enseñó Don Bosco. Su santidad es una “Santidad del Patio”, que hace de las cosas sencillas de la vivencia juvenil un camino hacia el paraíso.

Este testimonio de santidad concreta nos obliga a mantenernos atentos y ser creativos para responder hoy. Es así que está bueno preguntarnos: ¿Qué tipo de comunidad salesiana para los jóvenes hoy? ¿Cómo escuchamos a los jóvenes, especialmente en este contexto de cuarentena? ¿Dónde buscar y cómo escuchar el murmullo del patio, los juegos, cantos, gritos y oraciones en esta situación concreta de pandemia? A la escucha de la Palabra, Pablo le dice a Timoteo: "... reaviva el don de Dios..." (2 Tim. 1, 6). Esta es una invitación a caminar a la escucha del Espíritu, del mismo Espíritu que sopló en Don Bosco y en  Domingo el carisma salesiano.

 Este es un tiempo que nos invita a jugarnos más radicalmente para encontrar estos patios en donde están actualmente nuestros jóvenes. Este tiempo nos exige más compromiso, más vida apostólica, pensando y buscando formas nuevas de llegar a los chicos y chicas de nuestras casas, de nuestros barrios.

Seguramente Domingo Savio no se quedaría tranquilo. Buscaría multiplicar los patios, trataría de que estos sean dónde están los jóvenes.

Estamos llamados a ser protagonistas en “Valdocco”, patio de patios, siendo creativos para acercar nuestro corazón a los jóvenes que más nos necesitan. Domingo nos invita a estar presentes, entre los jóvenes, de formas nuevas, acercándonos a sus realidades.


Encontrar nuevos lugares de educación, de trasmisión de valores, de crecimiento humano

Lo bueno de multiplicar patios es que también podemos multiplicar casas. Cuántas mamás Margaritas aparecen y son caricias de Dios para muchos de nuestros jóvenes, siendo verdaderos signos del amor y del cariño que Dios nos tiene a cada uno. Cuantos animadores pueden ser verdaderos “hermanos mayores” de los chicos que no tienen un ejemplo en la vida, que no tienen un ideal o alguien en quien identificarse y seguir sus buenos ejemplos.

Si multiplicamos patios también podemos multiplicar escuelas. Ser “honrados y honestos ciudadanos” puede lograrse al encontrar nuevos lugares de educación, de trasmisión de valores, de crecimiento humano, tanto personal como colectivo. Sabemos que, sobre todo en los contextos más vulnerables, la escuela se encarga realmente de todo esto. Entonces como animadores podemos ser verdaderos educadores, maestros de ciencia y de vida, profesores de fraternidad y comunidad.

Si multiplicamos patios también podemos multiplicar capillas, parroquias. Cuántos de nosotros, laicos o religiosos, podemos ser verdaderos transmisores de fe. Cada animador o agente pastoral puede ser un verdadero catequista que acompañe el camino de crecimiento en la fe de nuestros niños y jóvenes. Cada momento y cada espacio de encuentro con las chicas y chicos puede ser un verdadero espacio de encuentro y diálogo con el “Dios que ama a los jóvenes”.


Entonces: ¡Multipliquemos los patios! Domingo nos lo enseña, nuestro padre Don Bosco nos lo pide y Jesús, el Buen Pastor, nos lo exige. Es la misión que Él nos encomendó como salesianos, como portadores de este hermoso carisma por y para jóvenes. Pero no tengamos miedo. Si no sabemos qué hacer solo hace falta ver como hoy en día muchos animadores se comprometen creativamente y caminan codo a codo, con gran valentía, y nos vuelven a gritar que no estamos solos. Sepamos apoyarlos, escucharlos y caminar con ellos. De esta forma podremos responder al llamado de Domingo que nos vuelve a decir: "reavivemos nuestro Valdocco"


           ______________________________________________________________________

   "reavivemos nuestro Valdocco"   

           ______________________________________________________________________

Por: Pablo Carrizo SDB