| MAYO 2020

Doménico Savio

Doménico (Domingo en castellano) Savio (San Giovanni da Riva, Reino de Cerdeña,  2 de abril de 1842- Mondonio, Reino de Cerdeña, 9 de marzo de 1857) fue un alumno de San Juan Bosco, en el oratorio de ”San Francisco de Sales”, que se propuso ser santo y murió tres semanas antes de cumplir los 15 años de edad, siendo uno de los santos no mártires más jóvenes de la Iglesia católica.

Domingo Savio —«Dominguito» para sus padres, nació en San Giovanni da Riva, cerca de Chieri, pero cuando tenía solo unos veinte meses, sus padres Carlino Savio y Brígida Gaiato se trasladaron a Murialdo, donde nacieron sus hermanos. En 1847, su madre lo llevó a la iglesia siendo párroco Juan Bautista Zucca; allí aprendió a ayudar en misa como monaguillo.En febrero de 1849, toda la familia se trasladó a

Mondonio, (actual Mandonio San Domenico Savio, localidad perteneciente al municipio de Castelnuovo Don Bosco). Domingo, con siete años y una

preparación y madurez poco común para su edad, recibió el 8 de abril su primera comunión en la parroquia de Castelnuovo Don Bosco. Arrodillado al pie del altar, con las manos juntas, pronunció los propósitos que venía preparando desde hace tiempo, y que quedaron escritos en su devocionario en el año de 1849, en el día de mi Primera Comunión, a la edad de siete años:

En la Vita escrita sobre Domingo Savio años más tarde, Juan Bosco afirmó que esos recuerdos fueron como una especie de guía para sus acciones hasta el final de su vida. Don Bosco encontraba en ellos una fórmula sencilla y completa para la vida cristiana de

los jóvenes.

El maestro que Domingo tuvo en 1853, cuando el niño contaba con once años de edad, se expresó en estos términos:

Puedo decir que en todo este tiempo no tuve en mi escuela un muchacho parecido a Domingo en la amistad con el Señor. Era joven de edad, pero sensato como un adulto. Su dedicación constante al estudio y su cumplida bondad  atraían el afecto del maestro y lo hacían amigo de todos.


[FOTOS DE LA FAMILIA DE DOMINGUITO]

El encuentro con Don Bosco

El 2 de octubre de 1854 Domingo se encontró por primera vez con Juan Bosco en I Becchi, junto a la casa natal del educador, y el 29 de octubre de 1854 entró en el oratorio de Valdocco de Turín para completar los estudios, en particular el del latín.

Seis meses después, tras un sermón del padre Bosco acerca de la austeridad y el sacrificio, donde remarcaba que cuando uno se sentía oprimido por alguna calamidad o molestia del cuerpo había que ofrecérselo a la Virgen, Domingo renovó sus votos realizados con ocasión de su primera comunión ante el altar de María en el oratorio. El niño consideró que este sería el medio más adecuado para llegar a la más alta perfección y en ese momento se propuso convertirse en santo.

Domingo comenzó a realizar austeridades de todo tipo, como consumir sólo la mitad de su ración de comida, dormir menos tiempo y rezar más. Sentía gran devoción por la Virgen María, llegando a permanecer más de cinco horas diarias rezando. Una noche de invierno, Don Bosco encontró a Domingo temblando de frío en la cama, sin más cobertor que una sábana.

—¿Te has vuelto loco? ¡Vas a coger una pulmonía!

—No lo creo —respondió Domingo—. Nuestro Señor no cogió ninguna pulmonía en el establo de Belén.

Desde entonces Don Bosco le prohibió formalmente hacer penitencia alguna sin su permiso. Domingo se entristeció, pero Juan Bosco insistió en que debía jugar alegremente con sus compañeros. Desde aquel momento hasta su muerte, Domingo unió la piedad con una alegría serena que gustaba a Don Bosco, dedicándose con mayor celo a los compañeros

marginados por otros y a aquellos que enfermaban.


Por: Emiliano Acevedo